Guayasamín nació en Quito el 6 de junio de 1916, creó, afianzado en su origen indo-mestizo, un retrato de la realidad social y humana actual como denuncia del presente en que vivimos.
Los conflictos bélicos, la depresión política y la injusticia social lo llevaron en los 60 a “La Edad de la Ira”, que en una serie de exposiciones recorrió Europa y América sacudiendo la conciencia del público.
Oswaldo Guayasamín murió en Baltimore, Estados Unidos, el diez de marzo de 1999 sin concluir su más grande y ambicioso proyecto: "La capilla del Hombre". Para él, más que una obra artística, era una forma de mantener viva la imagen de Latinoamérica a través del tiempo, un espejo donde la humanidad pudiese mirarse.
Aunque el maestro no pudo terminarla, la Fundación Guayasamín, artistas y personalidades de toda América han hecho realidad su sueño, y así quedó inaugurada esa monumental obra en su primera fase el 29 de noviembre de 2002, declarada ya por la UNESCO como proyecto prioritario de la cultura mundial y patrimonio cultural del estado ecuatoriano.
"Me miré al espejo y empecé a pintar" Oswaldo Guayasamín.
Guayasamín refleja en cada una de sus pinceladas las huellas que la historia uniforme, omitió en sus páginas. Este extraordinario pintor ecuatoriano ha mirado sus propios zapatos para reflejar en cada una de sus grietas, las raíces latinoamericanas, el sufrimiento, la miseria y explotación a la que se ve sometida el "indígena". Esta crítica surge denunciando abusos cometidos sobre los mas desprotegidos y apela a la humanidad del observador quien inevitablemente se conmueve frente al retrato angustiante de sus encantadores personajes. “Mi pintura es para herir, para arañar y golpear en el corazón de la gente”.
Guayasamín no descansa en detallismos ni preciosismos, más bien recurre a técnicas duras para inyectarnos en la piel machacada del "otro" que observa, que sufre, siente y vive; que expresa lo que los libros no cuentan. Le brinda entidad. Lo hace visible y por lo tanto existente. De esta forma la conquista abandona su caracter triunfal para traducirse en el avasallamiento de personas con historia y cultura.
Su obra pretende abrir los límites de una línea que narra éxitos civilizatorios para mutar estas percepciones en mil direcciones. Es por esto que la obra de Guayasamín adquiere su "real valor". Sus trazos no solamente nos sensibilizan mediante la denuncia social, sino que llaman a una sociedad mas justa y respetuosa con las personas, sus tradiciones, costumbres, creencias y deseos.
excelente, me encantó!
ResponderEliminarFantastica la pintura de Guaasamin! es uno de mis preferidos! Gracias Mano, por postearlo, no es tan habitual que se difunda su obra!
ResponderEliminarQué alegría que les guste!
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